Ícono de México y una visita al pasado, el personal es grosero pero no contrarresta la experiencia.
Hay comida de todos los precios, el tradicional mercado del cual cada vez hay menos.
Escondido en el corazón del centro histórico, uno de los lugares más tranquilos para leer o simplemente pensar.
Tranquilo y muy cómodo para una charla o leer un libro, deberían aceptar tarjetas.
Es uno de los mejores museos que tenemos en la ciudad a la altura de los mejores del país. Sales con una necesidad de gritar "soy mexicano y amo el arte popular".
Hacía falta un lugar así en la San Rafael, siempre muy amables y muuuuy ricas, les falta por lo menos una opción vegetariana.
El parque tiene un diseño increíble y está muy bien ubicado, es una lástima que lo tengan tan descuidado siendo que tiene potencial para ser de los mejores de la zona.
