Vermet es la prueba fidedigna que la comida saludable puede ser deliciosa. Los bowls son muy buenos y hay para todos los gustos. Los extractos son deliciosos también, no se vaya sin probar alguno.
Si busca un sitio con música en vivo y sin vallenato, es el lugar. Los músicos no son virtuosos pero tienen buen repertorio de los 80 y 90s. Y los cocteles son bien regulares, pero qué buen ambiente!
Toda una sorpresa. Pocos platos pero bien logrados en su mayoría, hechos con ingredientes de primera. Con las ensaladas va a la fija, para probar y sorprenderse, la sopa de lasagna.
Rico. Picoso. Medio hipster. Buena música. Para comenzar pida una Tecate michelada, la hacen como se debe. Recomendadísimos los chilaquiles y el taco de morrillo.
Interesante concepto: salchichas artesanales, salsas bien logradas y buena cerveza. Siga las sugerencias de los meseros, le van a recomendar los mejores. Y absténgase de los "chips de arracacha".
La carta es muy completa y para todos los gustos. De entrada pida bruschettas, cualquiera. Y si está manejando, la sangría sin alcohol es impresionante.
Las mejores hamburguesas de Usaquén. A la receta de la carne le falta para llegar al nivel de Agadon o Gordo, pero van por muy buen camino. Recomendadas las veggies. Buena selección de cervezas.
Pocos lugares en Bogotá tienen tan buen "mood": gran ambiente, buena música, platos simples pero muy bien logrados, regulares tragos. Impresionantes el chorizo, los hongos y el carpaccio de pulpo.
Simplemente maravilloso. Tres sugerencias: los ravioles de trucha ahumada y ricotta, los de alcachofa y setas y obviamente, la torta de chocolate, la mejor que he probado en la vida.
Toda una sorpresa en el sur-occidente de Bogotá. Casi todas las recetas son originales y algunas hasta arriesgadas, pero bien logradas. Los ingredientes de primera. A la fija: pollo BBQ y pollo curry.
Durante los 80's todavía se veían "cachacos" tomando chocolate, con sus paraguas y sombreros chapeau sobre la mesa. Ya no, ahora turistas y estudiantes son parte de menú. Y tamal, chocolate y ajiaco.
Acogedor, con buenas decoración, música y selección de platos. Imperdonables: la sopa azteca, los tacos y el mole. Las porciones son generosas, un par de entradas y un fuerte son suficientes para dos.
Un café minimalista maravilloso, acogedor y sin pretensiones -salvo por los comensales-, como robado de NY o Berlín. Postres bien hechos y equilibrados, ricos. La tortas de chocolate va ganando fama.
Evite dañar la experiencia gastronómica -porque lo es-, con una bebida "de la casa" (jugo de mandarina amargo, limonada de coco demasiado dulce) 😖. Pida vino, la carta es ajustada pero tiene cositas
Magnífico restaurante, respetuoso de los sabores auténticos de México. Las entradas no son tan buenas, para comenzar pida un fuerte para compartir. De fuerte enmoladas y de tomar agua de tamarindo.
Las hamburguesas pueden presumir de buenas porque lo son, dignas de ser contadas entre las mejores del continente. Regular servicio. La Ranch es, sin exagerar, magnífica. Pídala con ensalada.
Italiano BMT con tomate, pimentón, aceitunas negras y jalapeños. Agregue salsa chipotle, mostaza y cebolla dulce, dos líneas de cada una 😉
